Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(P.N.T.I.C.)
 

Unidad 2 ª: Importancia del descubrimiento de los distintos niveles o modos de realidad.

3. La comicidad responde a una caída de nivel

Te cuento un chiste gracioso y te ríes. ¿A qué se debe el fenómeno estético de la risa? La Estética nos enseña que la comicidad -y, consiguientemente, la risa- es provocada por una caída súbita y pasajera de un plano de realidad a otro inferior. Un señor va por la calle con traje festivo; pisa fuerte, seguro de sí, consciente de su elegancia y su rango social. De repente, resbala y cae al suelo con la figura descompuesta. ¿Cómo reaccionan los circunstantes ante esa caída? Riéndose. Si son niños, lo hacen con desparpajo. Los mayores esbozan al menos una sonrisa, y, si ven que el buen hombre se levanta indemne, pasan a reirse complacidamente.

Analicemos el motivo de estas distintas reacciones. El niño celebra con espontaneidad el incidente porque percibe un descenso brusco de nivel de realidad. Del nivel de dignidad del señor que pasea con autosatisfacción se ha descendido al nivel del que yace en el suelo contrariado y un tanto desfigurado. El niño, por su desconocimiento del peligro que corre una persona el caer, se despreocupa de ella y atiende sólamente al contraste que implica la caída. Por eso se ríe sin miramiento alguno. Los mayores se limitan a sonreir al principio, pero, si ven que el incidente es pasajero, se fijan sólamente en el descenso de nivel que ha tenido lugar y celebran la parte de comicidad que encierra.

Es sumamente formativo invitar a los niños y jóvenes a reparar en la dualidad de niveles de realidad que se moviliza en todo chiste, pues ello agiliza su mente para descubrir en qué plano de la realidad se están moviendo en cada momento. Una persona de gran relieve social llegó tarde al lugar al que había sido invitada para contemplar un eclipse de sol. Al decirle el anfitrión que todo había concluido, exclamó: «¡Ah! ¿Y no podría Vd. ordenar que empiece otra vez?». Este suceso lo narra el gran Bergson en su ensayo sobre La risa3 para indicar cómo la comicidad es producida por una caída de nivel, en este caso del nivel de cultura media que debía poseer la persona invitada al nivel de ignorancia que revela su pregunta.

 

 

Los consabidos despistes de los sabios distraidos suponen siempre una caída de nivel; por eso resultan cómicos. Se cuenta del genial físico Isaac Newton que encargó a un carpintero que abriera en la puerta de la casa un agujero grande para que pudiera salir la gata y otro agujero pequeño al lado para que pudieran salir los gatitos... Nos sonreimos al ver cómo cayó el gran científico en un despiste tan ingenuo.

Si el descenso brusco de nivel se realiza de modo estable, se produce un fenómeno «tragicómico». Es el tipo de comicidad amarga que otorga a Esperando a Godot, de S. Beckett, su tono sombrío. Sus protagonistas Vladimir y Estragón son mitad mendigos y mitad payasos. Están constantemente cayendo del nivel de hombres normales al de personas que actúan de modo incoherente y mecánico, lindante con el grado cero de creatividad. Esa caída produce en principio hilaridad, pero la risa se nos congela en los labios al advertir que se trata de un hundimiento estable.

Una sensación análoga de frustración dolorosa la padece el protagonista de la ópera Los cuentos de Hoffmann (J. Offenbach), al comprobar de repente que la joven amada no es sino una muñeca robotizada. Los que hurdieron el engaño rompen a reir, pero esta risa no implica sana alegría sino afán de mofa y escarnio4.

3 Cf. Le rire. Essai sur la signification du comique, PUF, París 1947, p. 34; La risa. Ensayo sobre la significación de lo cómico, Prometeo, Valencia s.f., p. 58.

4 El cuento de E.T.A. Hoffmann que inspiró la ópera de Jacques Offenbach se titula «El hombre de la arena». Cf. Cuentos I, Alianza Editorial, Madrid 1985, págs. 55-88.


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