Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(P.N.T.I.C.)
 

Unidad 3ª: Los ámbitos hacen posibles las experiencias reversibles y el encuentro.

2. Los ámbitos crean los modos más elevados de relación

Los «lazos» o relaciones estrechas de convivencia se crean entre ámbitos, no entre objetos. Esta es la razón profunda por la cual hemos comenzado el curso subrayando la existencia de los ámbitos. Un objeto lo puedo manejar, utilizar, canjear... Lo que no puedo es crear con él una relación de intercambio, en la cual yo le ofrezca posibilidades y él me otorgue a mi las suyas. Para crearla, debo verlo como una fuente de posibilidades, y entonces ya no lo trato como un objeto sino como un ámbito.

Esas posibilidades me las suelen dar los objetos de una manera más bien pasiva, en el sentido de que soy yo quien las tomo de ellos. El bolígrafo fue diseñado de forma que yo pueda servirme de sus condiciones para escribir. Él no tiene más capacidad de iniciativa que ofrecer unas posibilidades.

Si comparamos el bolígrafo con una partitura musical, observaremos que ésta se muestra más activa, tiene ya cierto poder de iniciativa. La partitura expresa una obra musical y ofrece, por ello, al intérprete posibilidades de volver a crearla en un instrumento. Ella es la que manda; el intérprete le obedece. Mejor dicho: ella marca al intérprete el camino a seguir para dar vida a la obra, configura su acción, la inspira. El intérprete está atento a la menor indicación de la partitura, se esfuerza por penetrar en el espíritu de la obra que late en ella. Todo el que toca un instrumento sabe que las partituras tienen una vida especial, de la que carecen cuando se las ve como un mero fajo de papel.

Algo semejante ocurre con el libro en el que se transcribe un poema. La letra impresa me invita a asumir el poema como propio, como una especie de voz interior, que me permite darle vida como si fuera gestado por primera vez. Esta posibilidad de apropiarme una realidad que es distinta de mi y convertirla en el impulso mismo de mi actuar artístico, como declamador, no me la puede dar ningún objeto. Los objetos son distintos de mi, y distantes, externos, extraños, ajenos. Y lo serán siempre, a no ser que yo, de modo creativo, los tome como fuentes de posibilidades que pueda asumir en algún proyecto vital mío y las incorpore a mi ámbito de vida. Con ello ambitalizo en alguna medida dichos objetos6.

La capacidad de iniciativa que tienen la partitura y el libro en relación conmigo, cuando toco una pieza musical o leo un poema, es mucho menor que la que poseen dicha pieza y dicho poema. El modo de realidad de éstos es superior a la de aquéllos. Por eso la relación que puedo crear con ellos -poema y obra musical- es mucho más íntima.

Intimidad indica aquí la capacidad de fundar un campo de juego común. El poema me ofrece todas sus posibilidades expresivas. Yo le ofrezco mis posibilidades interpretativas. El ensamblamiento activo de ambos bloques de posibilidades supone un juego creativo, en el que se origina una realidad inédita y valiosa: la obra en cuestión. Ésta no existe plenamente en el libro. Empieza a existir de verdad cuando entran en relación la letra impresa con su expresividad propia y una persona capaz de leer su mensaje y vibrar estéticamente con él. Las obras artísticas y literarias son el fruto de un encuentro.

Acabamos de descubrir la importancia de dos conceptos: relación y encuentro. Van a ser decisivos en adelante, porque están en la base del ser mismo del hombre. Para comprender lo que somos desde antes de nacer hasta el cumplimiento pleno de nuestra misión en la vida, debemos analizar a fondo lo que es e implica el encuentro.

6 Las experiencias de re-creación del poema y de la obra musical son analizadas ampliamente en El arte de pensar con rigor y vivir de forma creativa, págs. 277-291. (Nueva edición, remodelada, con el título Inteligencia creativa, Madrid 1998).

Internet


Internet
Netscape Communicator - Resolución 800x600 - Fuentes grandes

Última modificación: