Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(P.N.T.I.C.)
 

Unidad 3ª: Los ámbitos hacen posibles las experiencias reversibles y el encuentro.
4. El entreveramiento de ámbitos y el sentido de los acontecimientos humanos

Las obras literarias no describen meros hechos sino acontecimientos vividos por las personas y las sociedades. De ahí la necesidad ineludible de conocer a fondo lo que implica cada acontecimiento si queremos descubrir el alcance de dichas obras. ¿Qué significa exactamente dictar sentencia, proclamar la palabra en una asamblea litúrgica, proclamar un Presidente electo? La mejor preparación para interpretar adecuadamente la literatura es ahondar en estas cuestiones y otras afines.

1. Un juez pronuncia una frase serenamente, y una persona es condenada a cierta pena, incluso a veces la capital. El protagonista de la obra de Albert Camus El extranjero no entiende cómo unas palabras normales, que se las lleva el viento -como suele decirse-, pueden condenarle a ser ajusticiado en público a los pocos días. Es lógico que no pudiera explicarlo porque se movió toda la vida en nivel de objetos, no de ámbitos12.

En el momento del juicio, todas las personas son vistas como ámbitos. El juez encarna el ámbito de la sociedad, y habla en nombre de ella. El reo es considerado como un centro de iniciativa que abarca cierto campo en la sociedad y ejerce un influjo nocivo. Estos dos ámbitos -el del pueblo, encarnado en el juez, y el del reo- se interfieren colisionalmente. Esa colisión y la necesidad de evitarla en el futuro es manifestada expresamente por las palabras del juez, que no se reducen a medio comunicativo de un contenido. Expresan algo directamente: «El reo es condenado a tal o cual pena...» Pero, además de medio expresivo, son la plasmación sensible de un choque de ámbitos. Por eso poseen tanta eficacia.

2. Cuando alguien se incorpora a una institución -familia, centro escolar, Iglesia, club deportivo, partido político...-, lo hace en condición de persona -ser abierto a la comunidad, por tanto "ámbito"-, no de mero individuo. Esto implica el deber de comportarse como centro de iniciativa, no como un peso muerto, y el derecho a tener libertad de acción.

Si esto es así, proclamar una doctrina ante personas que pertenecen a una misma institución no se reduce a comunicar algo. Supera el mero leer. Equivale a manifestar la adhesión propia al ámbito de vida que implica aquello que se transmite. A la inversa, oír proclamar una doctrina supera el mero hacerse cargo de ella mediante la lectura privada. Supone verse instado a participar en el ámbito de vida en el que se halla inmerso quien da el mensaje. Toda proclamación tiene por meta el entreveramiento de dos o más ámbitos de vida.

3. Se celebran elecciones generales. La nación se polariza en torno a diversos grupos políticos que luchan acerbamente. Y llega el momento de proclamar al presidente electo. El Ministro de Justicia representa al pueblo entero. El Presidente electo es el cabeza visible del partido vencedor. Cuando jura su cargo ante el ministro, el campo que abarcaba hasta ahora se amplía. Su condición de ámbito de realidad gana un alcance superior: pasa a ser representante de todo el pueblo. El ministro puede no ser correligionario del presidente electo. Pero en este momento no actúa como hombre de partido, sino de representante del pueblo. Tampoco el presidente ha de comportarse en adelante como jefe del partido que lo elevó al triunfo. Su ámbito de vida será distinto: implicará el conjunto de fuerzas directivas de la nación.

El acto de proclamación, en el que se declara a tal persona presidente, significa el entreveramiento del ámbito del pueblo, con todo cuanto implica -incluso las luchas políticas-, y el presidente como cabeza visible de un equipo gobernante, visto como un ámbito de posibilidades directivas en todos los aspectos de la gestión pública13.

 

12 Cf. O. cit., Alianza Editorial, Madrid 1971; L'étranger, Gallimard, Paris 1957. Un comentario amplio de esta obra puede verse en mi Estética de la creatividad, Rialp, Madrid 1998, cap. 33.

13 Más precisiones sobre estos temas y otros semejantes -la inauguración de una red vial, la adopción de un estilo artístico, el sentido de los hoteles, castillos, tiendas, etc.- se hallan en mis obras: Estética de la creatividad, 2ª y 3ª Parte; El arte de pensar con rigor y vivir de forma creativa, págs. 163-185.


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