Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(P.N.T.I.C.)
 

Unidad 3ª: Los ámbitos hacen posibles las experiencias reversibles y el encuentro.

8. Ideas para una síntesis

El ser humano recibe el don de la vida, pero su ser no está del todo predeterminado por la especie, como sucede con la planta e incluso con el animal; tiene que ir configurando su personalidad a lo largo del tiempo y en las distintas situaciones en que se halla.

Esa configuración la lleva a cabo recibiendo activamente las posibilidades que le ofrece la tradición a través de la sociedad actual. Esa capacidad de recibir activamente posibilidades se denomina creatividad. Para ser creativos, debemos unirnos estrechamente con cuanto nos rodea. Esa unión la fundamos sobre todo con las realidades vistas como ámbitos, no como meros objetos.

Al tratar una realidad como ámbito, respetando e incluso promoviendo su poder de iniciativa, se realizan experiencias reversibles, de doble dirección. Estas experiencias presentan una calidad progresivamente más alta a medida que pasamos del plano de los objetos al de los ámbitos, y dentro de éste al nivel de los seres personales.

  • Produces un objeto, por ejemplo, un bolígrafo, y éste te ofrece las posibilidades que has puesto en él. Y lo usas para tus fines. He aquí un grado, siquiera mínimo, de reciprocidad. Escribir con ese bolígrafo es una experiencia reversible.
  • Construyes un piano y lo dotas de unas características determinadas. Al interpretar una obra de estilo adecuado a las condiciones de tal instrumento, éste colabora contigo de modo muy activo. Entre los dos se funda un tipo de unidad muy fuerte y fecundo. Sientes que el piano es para ti un compañero de juego. Su sonoridad peculiar te inspira, te enardece en casos, te guía en tu búsqueda del núcleo expresivo de la obra. La relación de reciprocidad es, en este caso, mayor.
  • Ves una partitura musical y adivinas entre la fronda de las notas y signos la presencia de una obra valiosa. Te sientes apelado, invitado a dar cuerpo sensible a las formas que alientan virtualmente en la partitura. Tu forma de recibir la revelación de tal obra es netamente activa, creadora. La relación reversible que creas con la partitura y con la obra es sobremanera eficiente.
  • Lees una obra literaria de calidad y asumes activamente su mensaje. Concéntrate un poco a fin de advertir lo que has recibido de ella y lo que has puesto tú en la lectura. Quedará patente ante tus ojos el carácter reversible de la experiencia de interpretación literaria. Decimos con razón que el poeta modela el lenguaje, pero debemos agregar que ello es posible porque el lenguaje nutre espiritualmente al poeta. Es cierto que el intérprete configura la obra musical o poética, pero no lo es menos que puede hacerlo en cuanto la obra lo configura a él.
  • Los hombres asumen valores y los realizan; pero lo hacen porque los valores los invitan a ello y les dan fuerza para llevarlo a cabo. Si vivimos interiormente un valor, es porque somos «inspirados» por él. El concepto de inspiración -en arte, poesía, axiología* en general- presenta muchos aspectos enigmáticos, pero respecto a otros muchos puede ser comprendido en buena medida si se lo ve como la luz y la energía que brota en las experiencias reversibles. Recuerden la experiencia del poema y verán cómo el poema es la fuente de inspiración para el declamador, la que le ilumina el camino a seguir y le otorga la energía necesaria para hacerlo.
  • Te diriges a una persona con el ánimo de crear con ella un ámbito de convivencia. Si acepta tu invitación, toma iniciativa para crear contigo una relación semejante. Vuestra interrelación tiene un carácter reversible y es, por tanto, sumamente fecunda. El gran filósofo hebreo Martin Buber, inspirado en la religión de la Alianza, nos facilita, en su obra Yo y tú, esta clave de interpretación de la vida: «El que dice al otro no posee nada, no tiene nada, pero está en relación»27. Decir «tú» a otra persona significa tratarla como un compañero de diálogo y de vida, no como un «ello» impersonal, un objeto manejable y utilizable. El que adopta esta actitud respetuosa, no dominadora, renuncia a sacar provecho interesado de la relación con las personas de su entorno. Tal renuncia implica una pérdida en cuanto a bienes cuantificables, pero supone una ganancia respecto a la creación de relaciones. Si el hombre es «un ser de encuentro» y la relación es decisiva para su logro como persona, establecer auténticas relaciones personales es la perla escondida por la cual vale la pena venderlo todo.

27 Cf. Ich und Du, p. 8; Yo y tú, p. 8.

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