Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(P.N.T.I.C.)
 

Unidad 5ª: El encuentro y el descubrimiento del ideal
6. Textos y cuestiones para autoevaluación

1. Ante unas realidades cuyas formas vibraban al sol del mediodía francés, Vincent van Gogh se sentía enardecido y se lanzaba a pintar con un ardor febril que lo llevó al borde de la locura.

* Impresiona observar en sus lienzos la emoción que le producía el contacto vivo con cuanto albergaba valores plásticos y luminosos. Al contemplar sus girasoles, sus almendros, sus cipreses..., uno adquiere una sensibilidad nueva para acercarse a la naturaleza y relacionarse activamente con las posibilidades que ofrece a nuestra capacidad creativa.

* Pero no sólo nos descubre este artista la riqueza inagotable de la naturaleza inanimada. En su cuadro La iglesia de Auvers se expresa una conmoción espiritual que supera años luz la apariencia visible de un pequeño templo que se tambalea en un cruce de caminos.

* ¿Cómo se explica ese ardor creativo de Van Gogh? ¿En qué nivel de la realidad situaba este genial artista las realidades contempladas?

2. El gran filósofo Martin Heidegger quiere precisar en qué consiste la esencia de la obra de arte, y para ello describe un cuadro de Van Gogh: Las botas de campesina. A su entender, Van Gogh no se limita a reproducir la figura de unas botas usadas; intenta hacer vibrar en esa figura todo el «mundo» de la campesina, que es un «ámbito de vida», un «nudo de relaciones»:

Martin Heidegger

«En la oscura oquedad del gastado interior de la bota queda plasmada la fatiga de los pasos laboriosos. En la ruda pesadez de la bota queda retenida la tenacidad de la lenta marcha por los monótonos y dilatados surcos del campo por el que corre un viento áspero. En el cuero está depositada la humedad y saturación del suelo. Bajo las suelas se desliza la soledad del sendero al caer la tarde. En la bota vibra la llamada silenciosa de la tierra, su callado ofrendar el grano que madura y su misteriosa inactividad en el árido yermo del campo invernal. Este útil está transido de la inquietud latente por la seguridad del pan, la callada alegría por la superación renovada de la penuria, la angustiada espera del parto y el temblor ante la amenaza de la muerte. Este útil pertenece a la tierra y está resguardado en el mundo de la campesina. Esta resguardada pertenencia le confiere al útil su identidad y sustantividad».

«La obra de arte, como tal, pertenece únicamente al ámbito que se abre por medio de ella. Pues la esencia de la obra surge en tal apertura y sólo en ella»22.

Aplique este estilo de pensar relacional al análisis de otras obras de arte23.

3. El elemento en el que vive y se desarrolla el pez es el agua. El elemento en el que se despliega la persona humana y llega a madurez es el amor. El término «elemento» ¿tiene en ambas expresiones el mismo «sentido»? Intente clarificar y precisar dicho sentido mediante la distinción de «realidades objetivas» y «realidades ambitales».

4. En la misma línea de la cuestión anterior, medite este breve diálogo:

«- ¿Qué demonios estás haciendo?- le pregunté al mono cuando le vi sacar un pez del agua y colocarlo en la rama de un árbol.
- Estoy salvándole de perecer ahogado -me respondió»24.

Confronte esta manera de «salvar» con la que resalta en el diálogo siguiente:

«El discípulo le preguntó al maestro 'progresista':
- ¿Qué medio tengo para ser plenamente autónomo y libre en la vida?
- Dejar de ser heterónomo -contestó con autosuficiencia el maestro-, prescindir de las normas morales y dogmas religiosos que te han venido dados de fuera y montar tu vida desde dentro, conforme a las apetencias de tu ser».

Esta autonomía ¿libera al hombre? ¿o le saca más bien de su «elemento»?

5. En las salas de juego de azar, unos jugadores ganan y otros pierden, pero todos aparecen crispados y ansiosos. ¿Por qué no desbordan de alegría los que se ven favorecidos por la suerte?

Fedor Dostoyevski, autor que sintió en sí mismo la opresión espiritual del vértigo, relata en El jugador las distintas fases de este proceso destructivo. Analicemos algunos textos:

 

Fedor Dostoyevski

Alexei es un hombre débil, fácil presa de los diferentes vértigos, muy en concreto el del juego de azar. Su falta de libertad la expone en estos términos:

«Dese cuenta de que hablo de mi esclavitud no porque quiera ser su esclavo: lo hago, simplemente, como de un hecho que no depende de mí en absoluto»25.

Alexei llega a reducir su papel en la vida al de «jugador», y su única meta o ideal es ganar. Por ello se ve invadido de tristeza:

«No diré que yo me sintiese alegre... No, recuerdo que entonces me sentía terriblemente triste, aunque riese a carcajadas con aquella estúpida de Blanche26.

El vértigo del juego de azar lanza a Alexei al vértigo de la bebida.

«Al champaña empecé a recurrir con demasiada frecuencia, porque me sentía muy triste y aburrido»27.

Una vez arrastrado por diversos vértigos, advierte lúcidamente que se ha encaminado al abismo:

"Yo mismo he sido la causa de mi perdición». «... A mi modo de ver, soy algo mucho peor que un mendigo (...). Si supieran hasta qué grado comprendo yo mismo la abyección en que he caído..."28

Aduzca algún texto semejante tomado de otras obras literarias o cinematográficas.

22 Cf. Der Ursprung des Kunstwerkes, en Holzwege, V. Klostermann, Frankfurt 1957, 3ª ed., págs. 22-35. La traducción es mía y figura en la obra La experiencia estética y su poder formativo, Verbo Divino, Estella 1991, págs. 50-53.

23 Pueden verse diversos ejemplos de tales análisis en mi obra La experiencia estética y su poder formativo, págs. 150-181.

24 Cf. A. de Mello: El canto del pájaro, Sal Terrae, Santander 1987, 12ª ed., p. 21

25 Cf. O. cit., Alianza Editorial, Madrid 1980, p. 48.

26Cf. O. cit., p. 164.

27Cf. O. cit., p. 168.

28Cf. O. cit., p. 179.

Glosario

Ambitalización

Las personas se desarrollan abriéndose a las realidades del entorno que les ofrecen posibilidades para actuar de modo fecundo. Esa apertura , cuando es recíproca, da lugar a una experiencia reversible, un entretejimiento de dos o más ámbitos. El fruto de este fecundo entreveramiento es un ámbito de mayor envergadura en el cual quedan activamente insertos los ámbitos que lo han constituido. De esta forma, cada persona va creando su «mundo», su «ámbito de vida», que puede ser más o menos amplio según la riqueza de sus actividades creativas. Cuando se crea una nueva relación valiosa, ese «ámbito de vida» se ensancha y enriquece. La persona abarca más campo, se «ambitaliza» más.

Cuando se rompe una relación de encuentro con alguna realidad o vertiente de la realidad, se empobrece el campo de irradiación de la persona, se amengua su campo de juego, su «mundo» propio, su «ámbito de vida»; se «des-ambitaliza».

Nihilismo

Este término, inventado por F. H. Jacobi (1799) y ampliamente difundido en Rusia por los escritores I. Turgueniev y F. Dostoyevski, indica la tendencia a considerar que nada tiene en el mundo consistencia ni razón de ser, y carece de valor y sentido. Es una pura nada (en latín, nihil).

En una acepción más concreta, se habla de nihilismo para indicar la pretensión de destruir la civilización occidental de inspiración cristiana mediante una radical «subversión de valores», es decir, una alteración de la escala de valores, entendida como el orden de preferencia que ha de concederse a los distintos valores.

Vértigo

El hombre siente vértigo espiritual cuando se deja arrastrar por la ambición de poseer lo que encandila sus instintos y ponerlo a su servicio. Todo tipo de vértigo es provocado por un vacío. El vértigo espiritual es una forma de caída hacia el vacío de sí que se opera cuando uno, en vez de respetar una realidad valiosa -por ejemplo, una persona-, la reduce a medio para sus fines y no puede encontrarse con ella. El encuentro es lo que permite al hombre desarrollarse. Al no encontrarse, el hombre se vacía de sí mismo. Al asomarse a ese vacío, siente vértigo espiritual.


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