1.
El escritor mexicano Octavio Paz describe en su ensayo Todos
santos, día de muertos la relación de sus
compatriotas con las fiestas y su actitud ante la vida y la
muerte. La narración es rica en contenido y vivaz de
expresión.
Será un buen ejercicio de comprensión del lenguaje
discernir, a la luz de la teoría del vértigo
y el éxtasis, el verdadero sentido de los conceptos
que tejen la narración: fiesta, orgía, explosión
pasional, revuelta, comunión, entusiasmo, participación,
salida de sí, canto, júbilo, desgarramiento, frenesí,
vértigo, borrachera, soledad, máscara...
Invito al lector a analizar los textos siguientes desde la perspectiva
de lo dicho en las Unidades anteriores sobre el "silencio
verdadero" y la comunicación auténtica,
la hosquedad y el bullicio, el éxtasis
y el vértigo.
«El
solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas.
(...) En esas ceremonias -nacionales, locales, gremiales o
familiares- el mexicano se abre al exterior. Todas ellas le
dan ocasión de revelarse y dialogar con la divinidad,
la patria, los amigos o los parientes. Durante esos días
el silencioso mexicano silba, grita, canta, arroja petardos,
descarga su pistola en el aire. Descarga su alma. Y su grito,
como los cohetes que tanto nos gustan, sube hasta el cielo,
estalla en una explosión verde, roja, azul y blanca
y cae vertiginoso dejando una cauda*
de chispas doradas. Esa noche los amigos, que durante meses
no pronunciaron más palabras que las prescritas por
la indispensable cortesía, se emborrachan juntos, se
hacen confidencias, lloran las mismas penas, se descubren
hermanos y a veces, para probarse, se matan entre sí.
La noche se puebla de canciones y aullidos. Los enamorados
despiertan con orquestas a las muchachas. Hay diálogos
y burlas de balcón a balcón, de acera
a acera. Nadie habla en voz baja. Se arrojan los sombreros
al aire. Las malas palabras y los chistes caen como cascadas
de pesos fuertes. Brotan las guitarras. En ocasiones, es cierto,
la alegría acaba mal: hay riñas, injurias, balazos,
cuchilladas. También eso forma parte de la fiesta.
Porque el mexicano no se divierte: quiere sobrepasarse, saltar
el muro de soledad que el resto del año lo incomunica.
Todos están poseídos por la violencia y el frenesí.
Las almas estallan como los colores, las voces, los sentimientos.
¿Se olvidan de sí mismos, muestran su verdadero
rostro? Nadie lo sabe. Lo importante es salir. Y esa Fiesta,
cruzada por relámpagos y delirios, es como el revés
brillante de nuestro silencio y apatía, de nuestra
reserva y hosquedad».
«El
mexicano (...) no trasciende su soledad. Al contrario, se
encierra en ella. Habitamos nuestra soledad como Filoctetes
su isla, no esperando, sino temiendo volver al mundo. No soportamos
la presencia de nuestros compañeros. Encerrados en
nosotros mismos, cuando no desgarrados y enajenados, apuramos
una soledad sin referencias a un más allá redentor
o a un más acá creador. Oscilamos entre la entrega
y la reserva, entre el grito y el silencio, entre la fiesta
y el velorio, sin entregarnos jamás»19.
¿Qué
actitud prevalece en estos «festejos», tal como los
describe O. Paz: la de vértigo o la de éxtasis?
¿Qué es una actitud de encuentro?
Si
prevalece la de vértigo, ¿puede hablarse en rigor
de fiesta? ¿No sería más exacto decir
que se trata de una orgía?
El
autor indica que, en ocasiones, la alegría degenera
en violencia. ¿Se trata de verdadera alegría,
o es más bien euforia?
2.
En el Cuadro Segundo del Acto Tercero de Yerma, de Federico
García Lorca, nos encontramos en una romería
en torno a una ermita. Las romerías suelen ser fiestas
populares desbordantes de sana alegría. Si esta romería
fuera una fiesta, resultaría muy chocante y por
tanto incoherente que tuviera lugar en ella la tragedia final.
Federico
García Lorca, 1899-1933
Conviene analizar las condiciones de esta romería y discernir
si se trata de una fiesta o más bien de una orgía.
En el segundo caso, ¿tendríamos un marco adecuado
al desenlace trágico?
3.
Romano Guardini solía pedir a sus jóvenes del
Movimiento de Juventud que guardasen silencio desde el
final de la cena hasta el desayuno, a fin de crear un clima
de recogimiento:
«El
recto callar es el contrapolo viviente del recto hablar. Pertenece
a ello como el inspirar al expirar». «Se nota en
el que habla si viene del silencio o no. Lo que proviene del
silencio tiene plenitud y riqueza (...). Hablar sin silencio
se convierte en cháchara. Sólo en el silencio
brota la vida, se adensa la energía, se clarifica la
interioridad, y los pensamientos e imágenes logran
una forma precisa. Cuando se habla desde el silencio, lo que
pensamos interiormente adquiere su forma auténtica»20.
«Que
el silencio es una plenitud lo sentí profundamente
una vez junto al Main. Estaba sentado junto al río,
y todo el valle se hallaba en silencio; ningún pájaro
cantaba, ningún hombre ni ningún coche pasaban
por allí. Todo era silencio, incluso dentro de mí.
Pero ¡qué riqueza había en todo! Todo estaba
lleno de vida, de sustancia interior, de la gran plenitud
que late en el fondo de todas las cosas»21.
¿Por
qué el silencio es tan importante para la vida humana?
¿Conviene llenar de ruido el hogar a todas horas
con el sonido de los medios de comunicación?
4.
Analizar el texto siguiente de J. Maragall e indicar por qué
las palabras del pueblo que vive en unión profunda con
la naturaleza desbordan de sentido.
"Aprended
a hablar del pueblo; no del pueblo vano que congregáis
en torno de vuestras palabras vacías, sino del que
se forma en la sencillez de la vida ante Dios solo. Aprended
de marineros y pastores".
"¡Cuánto
contemplar unos y otros en silencio la majestad del mundo
allí donde el espíritu alienta con ritmo libre
y grande! ¡Cuánta inmensidad han reflejado sus
ojos, cuánta hermosura de cielo azul y prado verde,
y del mar que muda fácilmente el color como el rostro
de una virgen, y claridades de luna y de sol, y las nieblas
grises y la cortina de las lluvias! ¡Cuánto viento
ha sonado en sus oídos y cuántas rítmicas
oleadas, y los truenos que se acercan y se alejan, y el mugir
de los bueyes en la soledad! ¡Cuánto olor de agua
salada y de hierba han respirado, y cómo sus sentidos
han sido amorosamente tocados por todas las cosas puras! Sus
facciones están como encantadas de ello, y hablan rara
vez, pero, si hablan, sus palabras vienen llenas de sentido"22.
19
Cf. «Todos santos, día de muertos»,
en El laberinto de la soledad, FCE, México 1986,
págs. 42-58.
20
Cf. Briefe über Selbstbildung, M. Grünewald,
Maguncia 1930, págs. 130-131.
21
Cf. O.cit., p. 132.
22
Cf. Vida escrita, p. 51.
|