Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(P.N.T.I.C.)
 

Unidad 1ª: El descubrimiento de dos niveles de realidad distintos y complementarios.
  1. El nivel de los objetos y el nivel de los ámbitos
  2. El salto al nivel "ambital"
  3. Oscilación entre el nivel objetivo y el nivel ambital-ético
  4. La interferencia de dos planos de realidad es fuente de expresividad muy honda
  5. Ejercicios para descubrir los ámbitos y sus características
  6. Ideas para una síntesis
  7. Textos y cuestiones para autoevaluación

5. Ejercicios para descubrir los ámbitos y sus características

1º Un ejemplar de El Quijote, por ser material, pesa, tiene unos límites precisos, es susceptible de manejo, puede deteriorarse, está situado en un determinado lugar. Presenta una condición de objeto. Pero, en cuanto obra literaria, nos ofrece diversas posibilidades: nos abre a diversos horizontes de vida, expresa sentimientos, incentiva la imaginación, puede darse en distintos lugares... Presenta un modo de ser superior al de los objetos. Pero tampoco es un sujeto, como lo fué su autor, Miguel de Cervantes. ¿Debe ser considerado como un ámbito?

2º Tomo en la mano una partitura de la Quinta Sinfonía de Beethoven.

Beethoven por Augusto Kloeber
1770-1827

 

En un aspecto, es un objeto, porque pesa, tiene unas delimitaciones precisas, se compone de materia, puede ser agarrada con la mano, está aquí y no en otro sitio, sirve incluso para hacer fuego. Pero, en cuanto figuran en ella ciertos signos que expresan una obra musical, esto que tengo ante mí no es un objeto; no es pesable, asible, medible, localizable en un solo lugar. ¿Dónde se halla la Quinta Sinfonía en cuanto obra de arte? Puedes decirme: «En la casa natal de su autor, en Bonn». Y no es verdad. Allí figura el manuscrito de parte de esa obra. Pero el manuscrito no es la sinfonía. Esta sólo existe en el lugar y momento en el que es debidamente interpretada. La sinfonía como tal no está sometida a un tiempo y espacio físicos. Por eso puede estar al mismo tiempo en lugares muy diferentes, en todos aquellos en los que sea debidamente interpretada. Tiene un modo de realidad distinto al de los objetos, al de la partitura considerada como objeto.

Vemos cómo una misma realidad -la partitura- presenta dos vertientes: una objetiva, otra ambital. Y ambas se necesitan y complementan; se integran*. Pero ¿quién sabe integrarlas? El que conoce el lenguaje musical y no se queda en las meras apariencias, antes penetra hasta el fondo. El que no sabe leer una partitura ve esta realidad que sostengo en la mano como un mero objeto. La reduce de valor, la degrada, la empobrece, la despoja de su sentido cabal para reducirla a un mero significado: el que tiene una realidad que presenta condiciones tales como arder, pesar, ocupar un espacio, ser manejable...

Acabamos de adentrarnos en dos temas de la mayor importancia en nuestra formación: el de la integración de diversos modos o niveles de realidad y el del reduccionismo(*). Reducir una realidad que ensambla dos modos de realidad a uno solo de ellos es empobrecerla. Integrar (*) ambos modos de realidad es darle toda la riqueza que alberga.

Al hilo del curso veremos con claridad creciente que la vida ética auténtica consiste en integrar planos distintos de realidad. Para ello tenemos que seguir realizando experiencias muy significativas, a fin de conocer en pormenor la riqueza que presenta la realidad y acostumbrarnos a no prender la mirada en lo que aparece ante nuestros ojos, sino pasar más allá. Pasar más allá es trascender las impresiones inmediatas y buscar el sentido de cuanto percibimos.

Desde ahora empezamos a entrever que el descubrimiento de los ámbitos nos va a permitir conceder a nuestra inteligencia sus tres condiciones básicas: largo alcance, amplitud y profundidad.

3º El cuerpo humano, a primera vista, parece ser un objeto, ya que puede ser medido, pesado, asido... Pero, en cuanto cuerpo de una persona concreta ¿se reduce a objeto? ¿O presenta, más bien, posibilidades que desbordan las de los objetos? Te doy la mano de manera efusiva, y sientes en la presión que ejerce mi mano sobre la tuya el afecto que siento por tí. Mi mano tiene un poder expresivo que ningún objeto posee. Toda mi realidad personal vibra en mi mano al saludarte. La mano es capaz de cargarse de una densidad elevadísima de sentido. Esto no puede hacerlo ningún objeto, en cuanto tal.

¿Qué tipo de realidad presenta el cuerpo humano? Me invitas, como amigo, a comer en tu casa. Nuestro cuerpo nos permite saludarnos, tomar alimentos, reponer fuerzas, conversar, exponer ideas, compartir sentimientos, trazar proyectos, incrementar nuestra amistad... El cuerpo se manifiesta, pues, como una fuente de posibilidades y, en cierta medida, como un campo de iniciativa. No es sólo un objeto sobre el que pueda ejercerse una acción. Al tener una vertiente material, es susceptible de ser tratado como un mero objeto, pero es mucho más que un objeto. Actúa e insta a actuar mediante la oferta de múltiples posibilidades. Esta oferta puede hacerla por ser una vertiente de una persona. Cabe decir, pues, que es un campo de expresión personal.

Estamos descubriendo, al hilo de la lectura de textos literarios, diversas características de la realidad -de la nuestra y de la que nos rodea- que son decisivas para nuestra formación personal. En este momento, es suficiente que el cursillista viva por su cuenta ese descubrimiento, aunque no logre perfilar con toda precisión los contornos de cada aspecto de la realidad que va entreviendo. A lo largo del curso, este primer esbozo se irá clarificando y mostrará toda su fecundidad.


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