Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(P.N.T.I.C.)
 

Unidad 12ª: Análisis de "EL VIEJO Y EL MAR", de Ernest Hemingway (1899-1961)

5. Valoración general

Este breve relato de Hemingway no transmite solamente una sucesión de hechos más o menos verosímiles; teje una trama de ámbitos y entreveramientos de ámbitos. Al hacer juego entre sí, los ámbitos dan lugar a campos de juego, que son otros tantos campos de iluminación. A la luz que brota en éstos, se ve por dentro el tipo de relación que el viejo pescador tenía con cuanto lo rodeaba: mar, peces, pájaros, aire, y sobre todo su propia realidad y la de otras personas.

El descubrimiento de estas relaciones nos interesa vivamente a los lectores porque afecta al núcleo de nuestra vida personal, que está llamada a ser vida de encuentro. Cuando una obra literaria desborda el plano de lo meramente anecdótico y privado, para alcanzar el plano de lo nuclearmente humano, adquiere un alto rango estético. El viejo pescador parece convertirse a lo largo de la obra en un ser fracasado. Sin embargo, muestra a nuestros ojos una grandeza modélica, por implicar una actitud creativa. Crear relaciones de comunicación sincera y fecunda con cuanto nos rodea en la vida es signo de gran calidad espiritual. El humilde pescador nos enseña el difícil arte de saber ganar y saber perder, de amar a los seres que colaboran de alguna forma a nuestro desarrollo personal. Nos recuerda el temple del mejor Jorge Guillén:

«Respiro.
Y el aire en mis pulmones
ya es saber, ya es amor, ya es alegría,
alegría entrañada
que no se me revela
sino como un apego
jamás interrumpido
-de tan elemental-
a la gran sucesión de los instantes
en que voy respirando,
abrazándome a un poco
de la aireada claridad enorme».

Hemingway se destacó por su afán de vivir arriesgadamente experiencias muy dispares. Esta tendencia a la vida arriesgada no implica en esta obra una caída en el vértigo sino un ascenso sereno a las cumbres del éxtasis, visto como proceso creador. Nos muestra a un anciano extremadamente pobre que no se deja llevar del comprensible deseo de poseer y dominar. Necesita adueñarse de la presa, subsistir, pero lo hace impulsado por un ideal elevado: el de fundar modos entrañables de unidad con los seres de su entorno. Por eso, el despojo violento de algo que ha conquistado con supremo esfuerzo no lo sume en la desesperación y el rencor: lo lleva a valorar todavía más los vínculos de auténtica amistad, y a sentir agradecimiento y paz interior.

Esa paz interior se traduce en serenidad de estilo, que no se vuelve hosco y desabrido ni aun en los momentos más dramáticos del relato. Cuando el fondo y la forma, el contenido y el estilo se ajustan de modo cabal, estamos ante una obra lograda, una cima artística.

Al concluir la lectura de este relato, nos sentimos profundamente unidos al protagonista y a sus amigos, pero también al mar, con sus posibilidades y sus peligros, y sus peces hermosos y nobles, aunque sean agresivos y aniquilen las mayores esperanzas. Ya no podremos en adelante ver el entorno marino como antes. Y esta transformación «poética» se extenderá gozosa y fecundamente a los seres que nos rodean. Operar este género de «conversiones» es la tarea más alta de la literatura y el arte.

6. Cuestiones para autoevaluación

1. ¿Cuál es el "tema" de esta obra, más allá del mero "argumento"?

2. ¿Cómo es posible que el pescador establezca una relación fraternal con seres infrapersonales de su entorno?

3. ¿Cómo se explica que el pescador estime al gran pez que ha apresado y, sin embargo, ponga todo su empeño en matarlo?

4. ¿Qué es lo que salva al pescador de entregarse al abatimiento cuando se ve derrotado?

5. La vida del pescador ¿queda, al final, tan vacía de contenido como el esqueleto del pez que es abandonado a la fuerza de la próxima marea? En caso negativo, explicar la razón.

6. Hacer ver la armonía entre el "tema" y el "estilo" de la obra.

 


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