Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(P.N.T.I.C.)
 

Unidad 9ª: Análisis de "EL PRINCIPITO", de Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944)

 

«He aquí (...) un gran misterio del hombre. Pierden lo esencial e ignoran lo que han perdido.» (Saint-Exupéry: Citadelle, p.59)

 

Análisis pormenorizado de diversas obras literarias

Propósito y método de estos análisis

Análisis de "EL PRINCIPITO"

  1. Argumento
  2. Tema

  3. Contextualización
  4. Cuestiones para autoevaluación
2. Tema

 

El tema básico de esta obra consiste en subrayar la importancia que encierra el encontrarnos rigurosamente con las personas que constituyen nuestras raíces, nuestro entorno vital primario. Cuando todo parece haber fracasado, una voz interior -el «principito» que llevamos dentro- nos advierte que tenemos todavía una salida airosa: dar el salto a un nivel superior de realización personal, el nivel de la creatividad.

Dos personas cometen el error de abandonar a los suyos por la decepción que les produce observar en ellos un defecto. No pierden, sin embargo, el deseo básico de vivir creativamente. Este deseo lleva a una de ellas -el «principito»- a buscar en otra parte auténticos amigos. La otra -el piloto- cae en la tentación de entregarse a las realidades que puede dominar y manipular. Esas realidades no tardan en fracasar y dejar a quien puso en ellas su corazón en el grado cero de creatividad, el desierto lúdico, la aparente falta absoluta de posibilidades para hacer juego creador.

A instancias del principito, el piloto se une a él en la búsqueda de lo que es la verdadera amistad. Una vez que lo descubren a través de su trato mutuo, regresan cada uno a los suyos, para reanudar la relación perdida.

Al contextualizar la obra, en el parágrafo siguiente, veremos la situación concreta que inspiró a Saint-Exupéry este relato. ¿A quién representa ese piloto anónimo que confía en el poder de su avión, cae en el desierto y es instado por un enigmático jovencito de aire noble a dibujarle un cordero? Nos ayuda a clarificar el sentido de la obra conocer las circunstancias que le dieron origen. Pero la obra sólo adquiere su verdadero valor estético cuando se desprende de todo entorno circunstancial para elevarse a la región en la que los seres humanos compartimos nuestro destino y nos vemos afectados por su mensaje, independientemente de la intención primera del autor.

Cuando Yerma, protagonista de la obra homónima de García Lorca, pierde la esperanza de crear relaciones de verdadero encuentro con su marido y con el posible hijo de ambos que no acaba de llegar, se rebela contra la "ley de la dualidad", según la cual el ser humano, para fecundarse física o espiritualmente, necesita el concurso de otra persona. "Yo sé que los hijos nacen del hombre y de la mujer. ¡Ay, si los pudiera tener yo sola!" Pero "una cosa es querer con la cabeza y otra cosa es que el cuerpo, ¡maldito sea el cuerpo!, no nos responda".3 El cuerpo se le aparece a Yerma como signo de la limitación humana. Al maldecirlo, se enfrenta a una ley natural. En ese momento, la obra gana una dimensión universal, pues todos podemos ser afectados por situaciones tan adversas que nos lleven a querer alterar el orden de las cosas. Tal universalidad otorga a la obra una condición "clásica".

 

3 Cf. Yerma, Alianza Editorial, Madrid, 1981, págs. 93,98.


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