Fundamentos de teledetección |
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La Teledetección
es el procedimiento, que consiste en recoger datos desde un punto situado
a gran distancia del lugar muestreado.
Existen
dos modos básicos de teledetección, diferenciados entre sí simplemente
por la distancia desde la que se toman las imágenes y, por lo tanto, por
el tipo de aparato que las obtiene: por una parte, tenemos la fotografía
aérea, y por otra la teledetección por satélite.
Se utilizan
diferentes tipos de fotografía aérea. Una primera clasificación es según
el tipo de película empleada. Según esto, la fotografía aérea puede ser:
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Fotografía
aérea vertical de la zona de La Almunia. En este caso se trata de
una foto en color real, donde podemos observar los diferentes tipos de cobertura
vegetal y el distinto vigor de la vegetación. Las ortofotos suelen
utilizarse para la elaboración de mapas, a partir de pares estereográficos,
o para usos administrativos. |
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- En blanco y negro. Tienen mayor sensibilidad
a la luz que el propio ojo, por lo que permiten distinguir detalles
no apreciables a simple vista.
- En color: gracias a su mayor capacidad para
diferenciar tipos de materiales se usan en estudios de vegetación, de
aguas y cauces y para diferenciar tipos litológicos.
- Infrarrojas en blanco y negro: para distinguir
especies vegetales dentro de bosques y en estudios de acuíferos y corrientes
de agua.
- En falso color: igual que las infrarrojas en
blanco y negro, pero se modifica artificialmente su escala de grises.
Las fotografías
aéreas pueden tomarse con el eje óptico de la cámara vertical (ortofotografías)
o inclinado. |
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Para comprender
los conceptos más básicos de la teledetección podemos utilizar como modelo
la fotografía, en particular la digital. Para realizar una fotografía,
una cámara debe recibir luz. Esta luz procede, en última instancia, del
Sol, desde donde llega a los objetos como luz blanca. Una parte de esa
luz es absorbida por los objetos, mientras que el resto se refleja, dando
lugar a su color. Un cuerpo que refleja toda la luz que recibe es, por
lo tanto, blanco, mientras que si la absorbe toda es negro. La luz reflejada
por los cuerpos llega a la cámara. Ésta dispone de un sistema que descompone
la luz en “bandas”, una roja, otra azul y una tercera verde, y de un gran
número de sensores que reciben esa información y la almacenan en una matriz,
como si fueran los ojos compuestos de los insectos. Cada posición de la
matriz es un píxel, y contiene información de la intensidad de radiación
total, así como de sus componentes en las tres bandas (imagen RGB). Cuanto
mayor sea el número de sensores (megapíxels), mayor es la resolución de
la imagen, es decir, el grado de detalle. O, lo que es lo mismo, la imagen
consta de un mayor número de puntos, cada uno de ellos de un tamaño menor. |
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Representación de un satélite
(en este caso el TERRA) orbitando en torno a la Tierra y obteniendo imágenes.
Puede observarse que la cobertura no es total, pero esto se soluciona
por diferentes técnicas. El TERRA es uno de los sensores de vigilancia
ambiental del planeta. |
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Si deseamos hacer una fotografía
en ausencia de luz, el proceso es ligeramente diferente. En este caso
la cámara, además de captar la luz, debe emitirla mediante el flash.
La teledetección utiliza el
mismo proceso. De hecho, los sensores que usan los satélites son, en ocasiones,
similares a los de las cámaras digitales, solo que en algunos casos son
sensibles a longitudes de onda mucho más concreta, no necesariamente visibles.
Este modelo permite identificar los principales elementos y procesos implicados
en la teledetección:
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Foco emisor de radiación, que puede
ser el Sol o el propio receptor. Esto establece la diferencia entre
los dos grandes tipos de teledetección: la pasiva, en la que el satélite
se limita a recibir la radiación electromagnética emitida por el Sol,
y la activa, en la que el satélite actúa también como emisor.
-
Procesos de interacción entre
la luz y los objetos: absorción y reflexión[1]. La luz disponible
para la teledetección es, en principio, la reflejada por el cuerpo.
Sin embargo, los cuerpos no retienen indefinidamente la energía que
absorben, sino que vuelven a emitirla, aunque con diferente longitud
de onda, lo que permite diferenciarla de la radiación reflejada: mientras
la radiación reflejada posee una longitud de onda entre 300 nm y 3000
nm (ultravioleta, visible e infrarrojo próximo), la emitida tiene
una longitud de onda entre 7000 nm y 18000 nm. Esta región del espectro
electromagnético se denomina infrarrojo térmico, y guarda relación
con la temperatura del cuerpo emisor (ley de Stefan-Boltzmann), por
lo que la emisividad es utilizada por los satélites de teledetección
para calcular la temperatura. Los diferentes tipos de “cobertura”
superficial tienen propiedades características, es decir, absorben
y reflejan bandas específicas del espectro, lo que permite su identificación
y, en algunos casos, conocimientos más detallados. Es lo que se denomina
“firma espectral”.
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Interacción entre luz y atmósfera:
la luz reflejada o emitida por la superficie debe atravesar la atmósfera
hasta alcanzar el sensor. Esto significa que los gases que la forman
también absorben parte de esa radiación, como si se tratara de un
filtro, de modo que el satélite solo recibe radiación en determinadas
bandas del espectro (ventanas de observación).
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El satélite que recibe la radiación
es sensible a una o varias bandas del espectro, que pueden corresponder
al infrarrojo, al visible, al ultravioleta o a las microondas.
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Poder de resolución: es la característica
básica de un sensor. Se trata de la capacidad para distinguir entre
dos datos “contiguos”. Este poder de resolución puede referirse a
distintos aspectos:
- Espectral: se refiere a las bandas
de longitud de onda que pueden ser captadas por el sensor. Un sensor
capaz de captar toda la luz visible, por ejemplo, tendrá mayor resolución
espectral que otro que solo capte la luz verde.
- Espacial: tiene que ver con el tamaño
de la superficie representada por cada píxel. Depende de la altura
a la que esté el satélite, de su velocidad y del número de detectores.
En algunos casos alcanza los 6 metros, es decir, los puntos que
en la superficie están separados por menos de esos 6 metros aparecen
como un único punto en la imagen.
- Temporal: número de horas o días
que pasan entre dos observaciones consecutivas de la misma zona
de la superficie terrestre.
- Radiométrica: mínima variación en
la cantidad de energía que puede ser distinguida por el sensor.
- Los datos recibidos por el satélite son almacenados
en una matriz numérica, cada una de cuyas posiciones corresponde
a un píxel. El valor numérico almacenado en cada píxel indica la
intensidad de radiación
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Factores que influyen
en el proceso de teledetección: el foco emisor de radiación
(pasa el ratón por encima de la imagen) |
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- Correcciones: los datos obtenidos deben
ser corregidos para que resulten de utilidad. Como mínimo, deben aplicarse
dos tratamientos:
- Georreferenciación, es decir,
relacionar la imagen conseguida con una referencia espacial, de
modo que se identifique la zona a la que corresponde.
- Corrección
atmosférica para reducir el “ruido” debido a la dispersión
provocada por la difusión atmosférica de la radiación.
- Tratamiento
de la imagen: en general, las imágenes obtenidas son en blanco
y negro y corresponden a bandas estrechas del espectro (por ejemplo
en el rojo, en el verde o en el azul). Para facilitar la interpretación
de las imágenes pueden someterse a diferentes tratamientos matemáticos,
tales como:
- Obtención
de imágenes en color, combinando varias imágenes en blanco y
negro. Si se parte de imágenes en rojo, verde y azul se pueden conseguir
fotografías de color real.
- Obtención de imágenes en falso color:
resultan frecuentes las imágenes en las que las zonas frías aparecen
en tonos azules y las calientes en rojo. Dichas imágenes se obtienen
a partir de la banda del infrarrojo térmico, transformando los valores
de intensidad en colores RGB. Este tipo de tratamiento es habitual
cuando los sensores detectan radiación fuera del visible.
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- Apliación de índices espectrales,
que permiten identificar los diferentes tipos de cobertura superficial
gracias a sus “firmas espectrales”.
Los satélites de teledetección
pasiva suelen utilizar bandas correspondientes al infrarrojo, visible
o ultravioleta, mientras que los de detección activa usan ondas de radar,
en la región de las microondas. |
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En realidad, una parte de la energía que incide sobre un cuerpo se transmite
por él. Sin embargo, en teledetección pasiva la superficie se considera
opaca y la transmisividad nula.
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